El Kudo Daido Juku, es un sistema deportivo de combate de pleno contacto, fundado en la década de 1980 por un campeón mundial de Kyokushin y cinturón negro de Judo al que su sistema le parecía poco realista.
En sus inicios se limitaba a una mezcla de estos dos estilos, pero actualmente ha llegado a medio mundo y se puede considerar una modalidad de artes marciales mixtas con protecciones y gi, en las que se pueden utilizar una gran variedad de técnicas.
Las reglas de este tipo de combate son muy abiertas, permitiéndose casi cualquier tipo de golpeo con brazos y piernas, derribos y técnicas de suelo, las limitaciones más importantes son la duración de forcejeo sin técnica efectiva en el suelo, que dura un máximo de 30 segundos (en caso de que se estén produciendo técnicas se alarga este tiempo), y el golpeo a un oponente caído, que no se hace a pleno contacto, si no marcando.
Estas reglas (bastante racionales) y el uso de protecciones tan seguras como el casco de pecera, permiten que el Kudo llegue a mucha más gente y que los combates no sean auténticas escabechinas como en los casos de las MMA.
Cuando conocí por primera vez este arte marcial, leyendo la historia y las bases del mismo todo indicaba que era el estilo de Karate, si se podía considerar un estilo de Karate, más alejado de los orígenes okinawenses con diferencia.
Es una disciplina puramente deportiva, en la cual los practicantes entrenan por y para las reglas de su combate, donde la defensa personal como la conocemos no tiene cabida ninguna, proviene del Kyokushinkai, probablemente el estilo más japonés que existe (y por tanto, menos okinawense), y del Judo, un arte marcial de origen japonés que igualmente vive para la competición.
Mabuni y Rizaemon vistiendo un Bogu |
Pero entonces recordé haber visto esta foto.
En ella se puede ver al maestro Kenwa Mabuni (sentado) y a Matsubara Rizaemon vistiendo un atuendo de protección completo, llamado Bogu en japonés, tras una sesión de Kumite.
Y es que era habitual en okinawa, con la primera expansión del Karate, que los maestros de diferentes estilos se dieran cita para probar y experimentar sus técnicas, y recurrían a atuendos similares y protecciones, muchas veces traídas del Kendo o el Boxeo occidental, para poder hacerlo a plena potencia sin causarse daños graves entre ellos o a los alumnos.
En ese momento imaginé a los maestros de Karate realizando este tipo de entrenamiento en la época actual, y no los vi muy diferentes del vídeo que encabeza el artículo.
Los extremos se tocan, aunque el Kudo no tenga nada que ver con el Karate okinawense, mantiene vivo aquel espíritu de los protagonistas de la foto, de probar tus técnicas en un combate hombre a hombre, y comprobar si son superiores a las de tu oponente.
La tradicionalidad no consiste en seguir ciegamente a tu maestro, haciendo exactamente lo que él hacía y como él lo hacía, consiste en mirar hacia adelante y perseguir el mismo objetivo que tenía tu maestro.
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Hugo Ariel Cascia